La verdad es que Ibiza es una isla conocida a nivel mundial por sus fiestas, discotecas, música y drogas. Pero hay muchas otras cosas por las que se conoce a la isla o por lo menos por lo que se la debería conocer.
Ibiza tiene la particularidad de ser un lugar donde ricos y famosos se mezclan con la gente de un modo natural. Es una isla de muchos contrastes, y la puedes vivir de muchas maneras diferentes. Si buscas fiesta estás en el mejor lugar tanto como si buscas paz y tranquilidad. Eso es lo bonito de este sitio!!
Vamos a proponerte pasar un día perfecto en la isla, y lo comenzaremos visitando el típico bar Anita en la localidad de San Carlos.
Ca n’Anneta es conocido por el ambiente cosmopolita que se respira en todas las mesas de su pequeña terraza ubicada frente a la iglesia del pueblo. Siempre fue un lugar de peregrinación. Locales y viajeros son atraídos por su delicioso licor de hierbas, que la familia produce desde hace un siglo siguiendo la receta que se ha ido pasando de generación en generación.
El establecimiento se llama en realidad Can Pep Benet y nació en 1876 como tienda de ultramarinos y pequeño bar, convirtiéndolo así en uno de los negocios en activo más antiguos de Ibiza.
Su fundador fue Josep Noguera Rosselló y desde entonces el bar ha ido pasando de generación en generación. Su notoriedad se produjo en los años sesenta con la llegada de los hippies, que al asentarse en la zona de San Carlos mayoritariamente, empezaron a frecuentar el bar y poco a poco lo convirtieron en su principal punto de encuentro. El bar funcionaba antiguamente como oficina de correo, y muchos inmigrantes dependían de los giros postales que sus familiares remitían desde diferentes puntos de Europa y Estados Unidos para subsistir.
En los años cuarenta, la mujer que se hizo cargo del lugar se llamaba Anita, y cuenta la leyenda que era una mujer muy querida por todos. Anita cuidaba tanto de los hippies que estos llegaron incluso a llamarla cariñosamente mama.
Les cuidaba como a hijos y les fiaba las consumiciones hasta que recibían dinero.
Hoy el bar continua en manos de la misma familia, con Vicent Marí al frente, y, sigue siendo el atractivo del pueblo. En el año 2006 el govern balear decidió concederle el premio Ramon Llull por su larga trayectoria y el espíritu de acogida que siempre le ha caracterizado.
No olvides llevarte una botella de sus hierbas ibicencas que elaboran artesanalmente siguiendo el método familiar tradicional basado en maceración de hierbas del bosque en una base de anís.
Luego ponemos rumbo a uno de los mercadillos mas concurridos de la isla, el rastro Cala Llenya.
Este mercadillo se celebra todos los domingos por la mañana (si no llueve, porque es al aire libre) y a pesar de haber muchos mercadillos en ibiza, este es quizá el mas autentico porque mantiene la esencia hippie que se vivía en los años sesenta que lo diferencia de los demás mercadillos, como Las Dalias o Es Canar. Esta ubicado entre un bosque de pinares y la playa de cala Llenya.
Es un mercadillo orientado hacia la gente local mas que a los turistas. Tiene precios muy económicos y encontraremos productos originales, de segunda mano y artesanales.
El único mercadillo parecido en toda Ibiza es el que se celebra los sábados en Sant Jordi.
Se puede observar gente regateando en sus puestos (aunque no mucho porque los precios son muy ajustados) mientras escuchamos alguna banda de música en vivo en la terraza del restaurante que hay dentro. Muy divertido, aunque no compres nada vale la pena la experiencia.
Si ya te empieza a entrar el hambre, en una cala contigua se encuentra uno de los restaurantes mas auténticos de la isla.
El Bigotes, un lugar típicamente ibicenco que se ha hecho muy famoso en los últimos años gracias a su afamado bullit de peix, considerado quizá el mejor de la isla.
Para visitarlo hay que dirigirse hacia la cala Mastella, donde Joan Serra y su familia regentan el chiringuito. La cala se caracteriza por ser pequeña, con aguas cristalinas y poca profundidad rodeada de altas montañas a ambos lados por lo que el mar suele estar en calma. Hay un pequeño embarcadero donde vemos el llaut que Joan usaba hace mas de 40 años para ir a pescar cada día a las cuatro de la mañana. Antiguamente, Joan preparaba de vez en cuando el bullit de peix para sus amigos, cocinado a base de sus capturas diarias en alta mar. Se comía lo que se pescaba. Estas comidas fueron aumentando en el número de comensales, y Joan se dio cuenta que podía ganar mas dinero cocinando lo que pescaba, así que decidió montar un restaurante en su caseta, con una mesa y un par de bancos dando origen así al negocio que, desde hace más de 40 años, ofrece a todo el mundo la posibilidad de disfrutar de una auténtica comida de pescadores en un ambiente familiar.
Este chiringuito es tan rústico que aún siguen cocinando como hace 40 años atrás, con leña y en el mismo perol de toda la vida. El bullit de peix con su arroz a banda es prácticamente plato único. Siempre se sirve a las 14 horas y para 70 comensales. Eso si, siempre hay una mesa al lado del fogón reservada para Joan y su familia. Joan come todos los días el mismo plato, bullit de peix. “Yo he sido pescador toda mi vida y he comido pescado siempre” sentencia con firmeza.
Si llegas tarde, no comes. Le dan tu reserva a otro (siempre hay gente esperando que anulen alguna mesa). Asi que procura estar a tiempo. Antes, a eso de las 12, ofrecen raciones de pescado de roca a la plancha y ensaladas mixtas. Es muy famoso también el café caleta que se sirve para acompañar el postre, que generalmente es fruta o flaó.
Recordar que no se puede pagar con tarjeta. Y como curiosidad, decir que hasta hace muy poco no había ni siquiera un numero de contacto para hacer las reservas. Muchas veces hay que reservar con 2 o 3 semanas de antelación. Bon profit!!!
Una vez hayamos saciado nuestro apetito, nos vamos a descansar a la hacienda Na Xamena para disfrutar de sus instalaciones, un buen digestivo y unas excelentes vistas al mar.
Y para terminar el día, que mejor que ver la puesta del sol.
Tienes varias opciones. La clásica es ir al Café del Mar en la Bahía de San Antonio. Muy concurrida por todo tipo de publico. Hay muchos espectáculos de malabaristas y fuegos en la arena y el ambiente es muy diverso; siempre acompañado por la música del mítico bar.
Pero bajo mi opinión esta muy masificada por lo que te recomiendo buscar una playa o cala en la propia bahía y disfrutarla en la arena o las rocas. Y recuerda que la noche de Ibiza es joven…..